La Jornada
Los de Abajo
Un proyecto autogestivo que con grandes y probados logros se levantaba desde hace 14 años en uno de los barrios más marginados de Los Angeles, California, fue destruido en acatamiento de una orden judicial. Desde hace más de un mes las 350 familias que integran la granja urbana comunitaria del Sur Central estaban amenazadas de desalojo. El pronóstico se cumplió y la madrugada del 14 de junio llegaron policías y bomberos con helicópteros, patrullas y bulldozer a destruir las cultivos de maíz, tomate, nopales, papalotl y otras plantas comestibles y medicinales destinadas a la atención de los más pobres, en su enorme mayoría inmigrantes mexicanos y centroamericanos.
Las familias campesinas y los activistas que las acompañaban desde hace 21 días tenían la consigna (y la convicción) de resistir hasta donde se pudiera para proteger este terreno de cultivo del que no sólo se han alimentado durante más de una década, sino del que también han (re)aprendido el sentido de la colectividad en un país en el que la regla es el individualismo.
El plan neoliberal es construir enormes bodegas industriales en ese terreno de aproximadamente siete hectáreas, colocar concreto encima de un pulmón verde y no dejar que continúe la organización autogestiva. El plan del poder económico ya está en marcha, pero en la mente de los campesinos y activistas solidarios la voluntad es resistir y continuar organizados.
"Una imagen que me puso muy triste fue la de un tractor quebrando las cercas de los cultivos de maíz, nopal, yerbabuena, epazote y chayote", dice en una carta de denuncia uno de los defensores de este jardín comunitario, considerado el más grande de Estados Unidos. Y, en efecto, las imágenes que circulan generan indignación, pero también espíritu de la solidaridad y ganas de hacer algo. Son fotografías y videos de hombres y mujeres arrastrados por los policías a las patrullas, helicópteros sobrevolando la destrucción, rostros morenos llorando su dolor, decenas de personas sentadas en el piso con velas encendidas, campesinos y activistas con el puño y la dignidad en alto (las semejanzas con Atenco y Oaxaca no son mera coincidencia).
El desalojo de los campesinos del Sur Central de Los Angeles se consumó casi simultáneamente al brutal operativo perpetrado en contra de los maestros democráticos de la ciudad de Oaxaca. En ambas luchas hay adherentes a la otra campaña, es decir, luchadores sociales convencidos de la necesidad de organizarse desde abajo y a la izquierda contra un sistema que los oprime.
"Muchos compañeros estamos dispuestos a resistir esta represión y seguimos luchando hasta la victoria. Necesitamos el apoyo internacional y el apoyo de la otra campaña. Esta es una de la más importantes luchas en la otra California y es ejemplo del tipo de represión que sucede en Estados Unidos", se afirma en una carta-denuncia difundida en México por la Zezta Internacional (espacio mundial en el que se organiza el futuro Encuentro Intergaláctico por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo).
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