Intergaláctica: la ruta del anticapitalismo (Luis Hernández)

Un nuevo periodo de luchas y resistencia protagonizan los sectores subalternos en todo el mundo. En todos los rincones del planeta los pueblos rechazan el unilateralismo estadunidense, el trabajo precario y el desmantelamiento de las redes de protección social, al tiempo que reivindican nuevas formas de ciudadanía para los trabajadores inmigrantes.

En Irak la resistencia ha hecho inviable el triunfo de las fuerzas de ocupación del más poderoso ejército de la Tierra. Tarde o temprano, las fuerzas del Tío Sam tendrán que emprender la retirada. En Estados Unidos, el proyecto conservador de George W. Bush recibió una severa derrota electoral a manos de los candidatos del Partido Demócrata. Allí mismo, cientos de miles de inmigrantes indocumentados ­muchos de ellos de origen mexicano­ realizaron durante 2006 las más importantes movilizaciones en muchos años, en contra de una legislación que pretende criminalizar la migración.

En Líbano, Hezbollah propinó un severo revés al militarismo israelí, alterando la correlación de fuerzas en la región. En Nepal, el Partido Comunista de Nepal (maoísta) controla amplias extensiones del país y podría tomar el poder en no mucho tiempo.

En la consulta para ratificar la Constitución Europea efectuada en mayo de 2005, en Francia triunfó el no. Cinco meses después se produjeron grandes revueltas en los suburbios, protagonizadas, en mucho, por jóvenes descendientes de inmigrantes. Entre febrero y marzo de este año, impresionantes movilizaciones echaron atrás la ley para regular el contrato del primer empleo.

En Gran Bretaña y Alemania se efectuaron grandes manifestaciones en contra del sistema de pensiones. Prácticamente en todo el viejo continente los sin papales han salido a las calles y provocado una verdadera crisis en torno de las políticas de inmigración de la Unión Europea.

En América Latina las fuerzas de centro-izquierda siguen cosechando triunfos electorales (Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Venezuela, Brasil) e intentando ­no sin grandes dificultades­ nuevas modalidades de integración continental. Estas victorias en las urnas tienen como telón de fondo grandes movilizaciones sociales que han cambiado la correlación de fuerzas.

En Africa, Asia y Oceanía la lucha contra la globalización neoliberal ha adquirido nuevos niveles de desarrollo, al tiempo que enfrenta o se subsume ­dependiendo de los distintos países­ en la creciente expansión del islamismo radical.

Este nuevo ciclo de luchas sociales ha desbordado, con mucho, los instrumentos de coordinación que el altermundismo y la izquierda política ha construido durante los últimos años. El nuevo hegemonismo estadunidense en expansión a partir del 11 de septiembre de 2001, la creciente confrontación de éste con el islamismo radical, la emergencia de India y China como actores estelares en la economía mundial, los triunfos electorales de formaciones de centro-izquierda que no rompen con el Consenso de Washington y la oenegeización de la intelectualidad progresista ­entre otros muchos factores­ son hechos frente a los cuales el altermundismo no ha podido formular respuestas exitosas. Para la izquierda radical la cuestión islámica ha resultado un tema muy complicado de abordar.

A pesar de los aciertos y avances que tuvieron cuando fueron fundados, iniciativas como el Foro de Sao Paulo y el Foro Social Mundial han sufrido un claro proceso de estancamiento.

Entre el 12 y el 16 de septiembre del próximo año se celebrará en San Salvador el 13 Encuentro del Foro de Sao Paulo. El tema central que abordará será el de la nueva etapa de la lucha por la integración latinoamericana y caribeña. El foro es una convergencia de partidos de izquierda fundada en 1990 a iniciativa del Partido de los Trabajadores de Brasil que busca un modelo alternativo de desarrollo con justicia social. Su importancia e impacto en la política regional es cada vez menor.

También a finales de enero de 2007 se efectuará en Nairobi, Kenia, el sexto Foro Social Mundial (FSM). La temática que abordará abarca nueve objetivos generales. Según Ignacio Ramonet, uno de sus principales impulsores e ideólogos, "ante el hecho de ser mero espectador del enfrentamiento principal actual a nivel planetario (entre Estados Unidos y el islamismo radical) y de ver que las transformaciones se hacen desde el poder reformado a través de gobiernos progresistas, el movimiento se ha reducido". Lo cierto es que, más allá de estos factores y de los indudables aciertos del foro, éste es como un corcho en el mar de la resistencia al neoliberalismo: no se hunde pero no se dirige a un punto preciso.

Agrava esta situación la crisis que se vive en el interior del capítulo francés de ATTAC, uno de los pilares del FSM. Teniendo como telón de fondo una fuerte disputa entre una corriente proclive a incursionar en la política electoral y otra que postula mantenerse como un movimiento de educación popular, se alteraron los resultados de las elecciones para nombrar su dirección a favor de quienes han querido hacer de la asociación un protopartido.

Es en este contexto que este 30 de diciembre comenzará en Ovetic, Chiapas, el Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo. No es el primero de esta naturaleza convocado por el EZLN. En 1996, al llamado de los rebeldes, se efectuó el primer Encuentro por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, que, en mucho, fue el punto de arranque para la construcción del movimiento altermundista. Otros dos más se efectuaron en Barcelona, España, y en Belem, Brasil.

Hasta la fecha han confirmado su asistencia al encuentro activistas de 30 países, muchos de ellos provenientes del Mediterráneo europeo. No son pocos quienes tienen un importante peso relativo en las luchas sociales de sus naciones de origen. Ellos han sido la columna vertebral de las movilizaciones internacionales en apoyo a Atenco y Oaxaca.

El encuentro será fundamental para avanzar en la reflexión y coordinación de un conjunto de fuerzas que han decidido claramente orientar su acción en una perspectiva claramente anticapitalista.