Mayo del 2007.
I.- La Situación Nacional Arriba.-
México, mediando ya el 2007. En los seis primeros meses de Felipe Calderón ha transcurrido todo un sexenio. Escondido detrás de los faldones de las camisolas verde olivo de los militares, Calderón ya ni siquiera simula que gobierna. Es apenas un elemento decorativo más en la parafernalia de los festejos y reuniones militares.
Detrás de él, corren a formarse, locos de contento, los gobernadores de todo el espectro político y la mayoría de los legisladores, mientras los magistrados, con calculada parsimonia revisan los despojos de la Constitución y de las garantías individuales que proclama, mientras con celeridad cobran sueldos y prebendas.
Dividida su neofilia entre el ejército, los medios de comunicación y la Iglesia, la clase política mexicana reconoce ya que es incapaz de gobernar. Como en las cortes decadentes, estos bufones con poses de nobles y virreyes, buscan en la sinrazón y la fuerza un sostén que la legitimidad les niega desde hace mucho tiempo.
Pero aún el ejército y la Iglesia están bajo el dominio mediático. Su lustre o desprestigio depende de los dictados de las mesas de redacción en medios escritos y electrónicos.
¿Está de moda el verde olivo? Pues a cantar loas a un ejército cumpliendo labores de policía interna, es decir, violando las leyes fundamentales y sus reglamentos internos. Sin embargo las bayonetas pueden hacer muchas cosas, pero no sirven para sentarse en ellas.
¿Los militares no fotografían bien y los púlpitos sí? Pues a cortejar a obispos y cardenales. ¡Qué importan la constitución y la tradición laica del Estado Mexicano! Se trata de sobrevivir, y la supervivencia política en este México de hoy, depende del tiempo en que se aparezca en los medios. El “rating” es el nuevo índice de valor político. La “realidad” a la que se refiere es construida por las empresas encuestadoras.
Algo pasó allá arriba que ya no hay ni un barniz de oficio político… ni de vergüenza.
Los medios de comunicación son ahora el nuevo referente nacional.
Ya no los héroes nacionales, las fiestas tradicionales, los trajes autóctonos, los deportes, los informes de gobierno de gobernadores y presidentes.
Ahora los titulares de noticieros televisivos y radiofónicos, así como las primeras planas de la prensa, nos dicen y dicen al resto del mundo de qué va la cosa en México.
Basta una mirada con el mínimo de crítica, para darse cuenta de que el mexicano es un sistema político moribundo, inestable, sin referencias sólidas.
La Situación Nacional, por donde se la vea, es una catástrofe:
La economía nacional ha sido abandonada al vaivén de las tormentas del mercado internacional.
La seguridad social es un montón de escombros en venta.
La educación pública es un pobre remedo de los cursos de superación personal y empresarial.
La política cultural es una sección arrinconada, muchas veces en la página de sociales, en los periódicos dominicales.
La salud pública es un centro comercial sucio, desaseado e ineficiente, cuyo negocio se debate entre las marcas y los genéricos.
Nada, nada de lo que fue la columna vertebral del Estado Nacional queda en pie.
Ilusa, la clase política mexicana pensó que sólo se trataba de entrar al relevo del PRI en la administración y venta del “cuerno de la abundancia” llamado México.
Y resultó que no, que lo que se derrumbó, junto con la hegemonía del PRI, fue algo más. Y lo sucedido allá arriba, en la “política profesional” es sólo un pálido reflejo de lo que pasó y pasa en las bases del Estado-Nación en México.
Destruidas las bases, las otrora “reglas” no escritas del sistema político mexicano se desmoronaron. Entre ellas, la que fue fundamental: la de la sucesión presidencial. Aquella tradición nacional llamada “el tapadismo” no existe más.
Y estos son los tiempos que corren…
Sin siquiera el mínimo oxígeno político que le permitió a Fox sobrevivir inicialmente como gobernante, Felipe Calderón ve con desesperación que ni en su propio partido las tiene consigo. Su mandato efectivo terminó cuando abandonó como un ladrón el Congreso de la Unión, después de aquella accidentada toma de posesión.
Sostenerse en los medios masivos de comunicación no fue suficiente, y por lo que se ve, tampoco lo es el colmar de soldados las ciudades y carreteras.
Así que la carrera presidencial se ha iniciado ya.
Y los aspirantes prácticamente están definidos definidos: Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador por el PRD o por el nuevo partido que está formando; Enrique Peña Nieto y Beatriz Paredes por esos escombros llamados PRI; además de, por el PAN, una Martha Sahagún en vías de reaparecer y un Ramírez Acuña que más parece celador de prisión que político de oficio.
El entusiasmo de la clase política mexicana por esa farsa insostenible de la lucha contra el narcotráfico (todos sabemos que no es más que la lucha del cártel de Los Pinos por adueñarse de todo), esconde dos cosas:
.- La criminalización de la lucha social, que les permitiría controlar los cotos de Poder que mantienen.
.- La atención mediática sobre los hechos de sangre de esa “guerra” perdida desde su arranque, le permite a los políticos mexicanos medir el impacto que tiene la “mano dura” en las encuestas.
Por eso, salvo López Obrador y Martha Sahagún (tal vez porque no tienen el aparato para ello), todos los aspirantes al 2012 exhiben su fuerza disfrazada de “orden”. Aunque el caso de Marcelo Ebrard, en lugar de provocar repulsa y crítica, concita los aplausos de una intelectualidad progresista cada vez más fuera de lugar.
Frente al gobierno de Felipe Calderón, los “no” varían de uno a otro lado del espectro político. Aunque, previa y cautelosa ojeada a su impacto en las encuestas, con cada vez menos entusiasmo, el PRI, el FAP y movimiento lopezbradorista critican y dicen “no” a las acciones del gobierno de Calderón, estos “no” parecen decir “yo haría lo mismo, pero mejor”. Y en eso el PRI lleva mano: no deja de ser risible que el partido que se sostuvo por décadas enteras en el Poder gracias a la represión, critique las descaradas tendencias dictatoriales de Felipe Calderón Hinojosa.
Pero los “sí” son los mismos: sí a la política económica, sí a la represión, sí al despojo, sí a la explotación, sí al desprecio.
Si 1994 develó la profunda crisis de todo el aparato de Estado: el ejecutivo, el legislativo y el judicial; un todavía joven 2007 nos muestra que a esa crisis se suman ya la Iglesia, el ejército… y el único punto de referencia sólido que le quedaba a la política de arriba: los medios masivos de comunicación.
Cada vez más, los periódicos bajan en el número de sus lectores, los noticieros televisivos y radiofónicos caen en audiencia y en credibilidad.
Cuando los políticos no convencen, cuando los púlpitos no persuaden, cuando los noticieros no inducen, cuando las instituciones no controlan, cuando las cárceles se llenan de luchadores sociales, es que falta poco para que las bayonetas no provoquen miedo…
II.- La Situación Nacional Abajo.
Cuatro son las ruedas sobre las que la neo conquista capitalista camina, mata y destruye en el México de Abajo: el despojo, la explotación, la represión y el desprecio.
El despojo.- Como no se había visto desde la Conquista y la Colonia, el despojo de tierras y el saqueo de los recursos naturales en México semeja un gigantesco desfalco con coartada legal.
Si antes fueron el oro y la plata, ahora son el agua y la tierra las riquezas que se disputan los extranjeros.
Si antes fueron las espadas y las cruces los instrumentos de dominio, ahora son las leyes y tratados las que legalizan el robo descarado del territorio nacional.
Si antes fueron soldados y clérigos, ahora son legisladores y funcionarios los que conquistan y reclaman, para la bandera extranjera del dinero, el suelo patrio y su riqueza.
Que los pueblos indios sean los principales afectados por esta guerra de neo conquista no es nuevo. Pero ahora se suman millones de trabajadores del campo y de la ciudad a la cantidad de despojados. Las tierras y aún las viviendas y los pequeños comercios son despojados a través de triquiñuelas legaloides o en el descaro impune, como ocurrió en la Barrio de Tepito, agredido por el gobierno perredista de Ebrard en la Ciudad de México.
Pero no sólo, los millones de migrantes que deben marchar a los Estados Unidos en busca de condiciones mínimas de vida, sufren el despojo de su Patria. Entidades de la federación, que antes exportaban alimentos y manufactura, ahora exportan hombres y mujeres que deberán sufrir el calvario de la indocumentación, antes de lograr un empleo estable en una sociedad que no es la suya, y que los agrede y desprecia.
Es tan grande y descarado el robo en estos suelos que, como lo expresara el nayarita Don Salvador Castañeda, es, en términos estrictos, un despojo del territorio nacional.
Y, como tal, es un deber de todo mexicano y mexicana honestas, el detenerlo y revertirlo.
La explotación.- La gran mentira, la más evidente, de los últimos gobiernos panistas es el empleo. Ya no es sólo la precarización del empleo, el trabajo sin seguridad, sin contratación y sin salario estable. Ahora se suma el despido masivo, la falta de opciones laborales para el trabajo calificado, la criminalización del comercio informal, la falta de apoyos a la empresa nacional, la entrega descarada de los bienes estatales a compañías extranjeras.
Las grandes empresas internacionales, que destruyeron lo que alguna vez fue la empresa nacional y la convirtieron en lastimosa prestanombres, no ofrecen mejores condiciones laborales a sus trabajadores y sí, en cambio, cuotas más altas de explotación, a más de que aumentan la explotación del trabajo infantil y la discriminación laboral por razones de género en contra de las mujeres.
Los trabajadores al servicio del Estado, antes en mejor situación por las conquistas logradas, ahora se equiparan en inestabilidad y carencias con quienes trabajan en las maquilas.
Las trabajadoras y los trabajadores en México, tanto en el campo como en la ciudad, viven lo que parecía imposible: peores condiciones de explotación que en el época del porfirismo… y la colonia.
Pero las luchas en contra de las reformas a la ley de ISSSTE, por mejores condiciones laborales, por aumento salarial y reducción de los precios de bienes de consumo vital, van creciendo, tal y como va creciendo su radicalización.
Hoy el magisterio democrático lleva la batuta, pero se van sumando más y más sectores de trabajador@s.
Las calles se vuelven a llenar de rebeldía y combativas demandas de justicia.
La represión.- La escandalosa e ilegítima condena de más de 60 años en contra de los líderes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de San Salvador Atenco, así como la situación ilegal que mantiene todavía a decenas de inocentes en las cárceles del Estado de México por los hechos de hace un año, es sólo un botón de la larga muestra de la corrupción y desaseo en el Poder Judicial en México.
Pero el gobierno de Felipe Calderón no se está preparando sólo para desatar una represión selectiva, aquella que se convirtió en seña de identidad de los gobiernos priístas. No es el aparato de inteligencia gubernamental el que Calderón fortalece, sino el ejército. Y el ejército mexicano se usa, tradicionalmente, para represiones masivas.
Así las cosas, no sólo los luchadores sociales y movimientos populares son los objetivos. Cualquier persona, aunque no tenga nada qué ver, está en la mira de la máquina militar. Los recientes operativos en Michoacán y en otras partes de la República Mexicana, con su cauda de detenciones ilegales y violaciones a los derechos humanos, demuestran que nadie está a salvo. Sacar al ejército de sus cuarteles es fácil. Pero regresarlo al ámbito que le corresponde no es tan sencillo. Porque el problema es que el ejército se comporta como frente a un enemigo, no como frente a conciudadanos.
En México, las cárceles se llenan de personas que luchan por los derechos sociales y por gente inocente que sufre el atropello de un sistema de justicia ridículo y decadente. Mientras que los verdaderos criminales compran candidaturas y se hacen gobernantes.
Incluso las organizaciones no gubernamentales que defienden los derechos humanos y las libertades elementales, son perseguidas y hostigadas permanentemente.
El desprecio.- Al indígena, se le hermanan el joven, la jóvena, la mujer, el diferente en sexualidad y sentimientos. Juntos comparten la incomprensión y el desprecio de una moral fascista que, respaldada en los púlpitos, las tribunas legislativas y las sillas de gobierno, pretende ser el nuevo dios que dicte mandamientos a su modo y tiempo.
El racismo ya no es sólo cultural y de acuerdo a los usos y costumbres de una derecha cada vez más beligerante. Ahora se hacen leyes, a veces dictadas por gobiernos “de izquierda”, que penalizan la diferencia, banalizan la persecución de la diferencia y convierten en “crímenes pasionales” los asesinatos de mujeres y homosexuales.
En resumen…
Las disposiciones y acciones del gobierno de Calderón confirman el análisis que, desde mediados del 2005, habíamos hecho: el país se encamina a un estallido social.
Frente a él se presentan 4 alternativas: la de Calderón, que es la del uso indiscriminado de la fuerza, es decir, la salida de la represión masiva; la de un control gradual y desmovilizador, es decir, la de las fuerzas que apuntan al 2012 para un relevo ordenado, un cambio sin ruptura; la del caos y la guerra civil; y la de una salida organizada anticapitalista y de izquierda, es decir, la de las organizaciones, grupos, colectivos, familias e individuos de La Otra Campaña.
III.- La Otra Campaña.- La hora de las definiciones.
Lejos todavía de uno y otro lado, el movimiento nacional autodenominado “La Otra Campaña” se delimita a sí mismo paulatinamente. Va tomando más definiciones, además de las fundamentales, y más identidad.
Contra las tendencias hegemónicas y homogeneizadoras, la Otra Campaña se va dotando de una organicidad que respeta los ámbitos, independencia y autonomía de quienes la forman. Como si se constituyera un todo en las decisiones y acciones fundamentales, y fuera cada una de sus partes en la discusión, la reflexión, el debate y las decisiones y acciones particulares.
El hecho es que la Otra Campaña ha sobrevivido como alternativa organizativa a la cruda postelectoral; que se mantiene activa en la lucha por la libertad y la justicia para nuestras presas y presos; que su nombre y referencia aparece cada vez más en las luchas populares de abajo; que en su seno se debate, discute y crea nuevas formas de lucha; que las organizaciones, grupos y colectivos que son parte de ella crecen en cantidad y calidad; que el conocimiento mutuo interno se ha profundizado y con él, el respeto entre diferentes;
IV.- Las Tareas Inmediatas, según l@s zapatistas:
1.- La comunicación fluida. Es necesaria una comunicación más fluida entre quienes son parte de La Otra Campaña. Así se le dará continuidad al conocimiento mutuo entre quienes somos “l@s otr@s”, crecerá el respeto y el compañerismo, y se formarán nuevas alianzas.
2.- Red para acciones conjuntas para fortalecer y hacer crecer las resistencias. No sólo frente a la represión, también en el desarrollo de otra cultura, otro arte, otro otro.
3.- El Foro Nacional contra la Represión.-
Un grupo importante de organizaciones, grupos, colectivos y personas adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, nos estamos haciendo eco de las consideraciones y propuestas hechas por la Conferencia de Organizaciones Anticapitalistas de Izquierda (COPAI-México) en el Foro Nacional Contra de la Represión celebrado el pasado 6 de mayo de 2007 en el DF.
Consideramos una necesidad prioritaria y urgente el combate a la represión, en todos sus aspectos y niveles. Represión que se desata por las instituciones del Estado mexicano contra los luchadores sociales. Estamos convencidos de que la organización independiente de los de abajo y su movilización conciente constituyen la única garantía para detener e impedir los ataques los poderosos y sus gobiernos han lanzado en contra de nuestro pueblo.
Por eso hemos convocamos a todos los adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y miembros de la Otra Campaña, sean colectivos, organizaciones, familias o individuos, a que participen en el
Que se efectuará el domingo 10 de junio de 2007 en Doctor Carmona y Valle 32, colonia Doctores, DF, a partir de las 10 horas.
V.- Las batallas por venir.
Serán por demandas que tienen qué ver con nuestra supervivencia como trabajadores y como Nación. Las antiguas banderas de la libertad, la justicia y la democracia volverán, actualizadas, a las manos de hombres, mujeres, niños y ancianos mexicanos.
Por vivienda digna, por la tierra, por el trabajo, por la salud, por la educación, por la alimentación, por los derechos y la cultura indígenas, por el respeto a la diferencia, por la defensa del medio ambiente, por la información veraz y oportuna, por el arte y la cultura, por la independencia, la justicia, la libertad, la democracia, es decir, por la paz, serán las luchas que ya se asoman, y crecen, en las calles, los litorales, las montañas, los campos, los barrios y colonias, las escuelas y universidades, las fábricas y comercios, en fin, en el México que, abajo, no tiene en su diccionario las palabras resignación y rendición.
VI.- El mañana que en la noche de abajo se gesta….
Durante estos ya dos años, desde aquel junio del 2005 en que se hizo pública la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, primero el EZLN, y luego las organizaciones, grupos, colectivos, familias e individuos que se han mantenido firmes en La Otra Campaña, hemos sido acusados de sectarios y marginales.
No obstante que una y otra vez hemos insistido en que, aquellos que nos critican, miren a donde miramos, sólo hemos recibido la altanería y la soberbia de quienes creyeron que el mañana se conquista con el mínimo esfuerzo.
Porque no caminamos detrás ni delante de quienes van a otro lado; porque no miramos a donde otros ponen la esperanza y la ilusión; porque no nos deslumbramos con la cantidad sin organicidad: por eso nos tachan de los ismos que encuentran a la mano (que tampoco son muchos, a más que son perezosos) y nos dejan fuera de la historia.
Pero esa historia por la que arriba suspiran no será.
Tal vez el conformismo, la resignación y el cinismo parezcan moda inapelable, incuestionable e imbatible.
Tal vez la libertad y la justicia parezcan imposibles la víspera.
Pero tal vez la rebeldía empieza a escribirse de a poco y con pocos.
Porque, en el calendario de abajo, el reloj de los que hacen andar las ruedas de la historia aproxima sus manecillas a una fecha que cada siglo se reitera: La lucha por la libertad, la justicia y la democracia para México.
Porque el mañana, en la noche se gesta.
Desde Tepic, en el Otro Nayarit.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Mayo del 2007.
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