Por segunda ocasión los pueblos zapatistas expusieron al mundo (representado por más de 2 mil personas provenientes de unos 30 de países de los cinco continentes), la historia y la cotidianidad de una autonomía en la que se construyen nuevas relaciones humanas, un proceso que va más allá de una clínica o de una escuela, un proyecto de vida que hace creer que existen otras formas de convivencia, o, por lo menos, que se puede intentar construirlas.
Nacidos el 19 de diciembre de 1994, los 38 municipios autónomos rebeldes zapatistas (Marez) empezaron a crecer a diferentes ritmos, dependiendo de la región, la cultura, los recursos económicos y la organización interna. Hoy son más de 40 municipios autónomos divididos en cinco grandes regiones, cada una con una sede (caracol) de autogobierno que es al mismo tiempo centro cultural y político. "Nunca pensamos que llegaríamos hasta aquí", dice Manuel, anciano de origen tzeltal que recuerda cuando, antes de 1994 y aún en la clandestinidad, los zapatistas ya empezaban "a atender la salud en los pueblos".
A más de 13 años del levantamiento armado y, como enunció el comandante David, aún con las armas en la mano, el EZLN expuso retazos de una historia que no acaba de escribirse: "Nosotros quisimos dialogar, quisimos hacerlo todo, pero ya ven lo que pasó con los Acuerdos de San Andrés (firmados en febrero de 1996 y hasta la fecha incumplidos). Por eso no pedimos permiso y empezamos a construir. Vemos que lo más esencial es la organización del pueblo y no el dinero, porque el dinero si es en exceso corrompe, pero la organización no se corrompe. La idea que se hace para buscar la vida no se destruye en la cárcel ni se destruye en la muerte...", señaló Moisés.
"En todo este trabajo -explicó- nosotros no tenemos manual. Es diferente lo que se hace en cada zona, porque en cada lugar se va buscando la forma de cómo crecer. Enfrentamos y decimos que cometemos errores, porque si cometemos errores construimos, si no cometemos errores quiere decir que no andamos bien, porque nosotros decimos que no hay excelencia pues. En la educación, por ejemplo, no hay número 10, porque el 10 no existe..."
Gente de Japón, Tailandia, Irlanda, Croacia, Italia, Estados Unidos, Nicaragua, Suiza, Polonia, Holanda, Madagascar, India, Brasil, México, Argentina, Guatemala, Israel, Estado Español, Corea y otra veintena de países recorrieron el territorio en rebeldía durante una semana en la que se habló de educación, salud, trabajo colectivo, autogobierno, justicia y, de manera destacada, de uno de los logros más significativos de la lucha zapatista: la participación de la mujer en la autonomía, proceso irreversible que da cuenta no sólo del camino recorrido y, sobre todo, de lo que falta...
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