21 de julio de 2007
Si me hubieran preguntado hace dos semanas si una vez había escuchado el nombre de un pueblito en Louisiana que se llama “Jena”, nada me vendría a la mente. ¿Jena? Nunca escuché nada de él. Me suena al desafortunado pueblo palestino Jenin, aplastado en el olvido por Israel hace varios años. También creo que la hija del presidente actual se llama así (con doble n).
Pero nada más.
Cuando un amigo me envió varios artículos del internet sobre los eventos recientes ahí, me quedé pasmado. El asombro me invadió al enterarme de que hoy día, en la primera década del siglo 21, en la preparatoria Jena, todavía existe un “arbol blanco”, no nombrado así porque sus hojas son blancas, sino porque es un generoso proveedor de sombra y sólo los estudiantes blancos pueden sentarse bajo él.
En septiembre de 2006, el joven estudiante Kenneth Purvis le pidió permiso al director de la escuela para sentarse bajo el “arbol blanco”. El director contestó que él podría sentarse donde quisiera. Él y sus compañeros lo hicieron. El siguiente día, el “árbol blanco” fue adornado con tres sogas, con los colores de la escuela.
En el Sur (o en el Norte, de hecho), el sentido de una soga es claro: es una amenaza de muerte. Naturalmente, la gente se alborotó, se enfadó, se asustó. El director de la prepa de Jena investigó, encontró culpables a los tres estudiantes blancos responsables y recomendó su expulsión. Sin embargo, el superintendente se opuso a la decisión, revocó la expulsión y recomendó 3 días de suspensión. En un comentario al periódico Chicago Tribune, el superintendente dijo: "Los adolescentes hacen travesuras. No creo que fuera una amenaza contra nadie”. (Tal vez quiso decir nadie importante – o blanco). Para la comunidad negra de Jena, ésta fue una bofetada más.
Los estudiantes negros de la prepa decidieron resistir y llamaron a un plantón bajo el árbol para protestar las leves suspensiones de los 3 blancos cuelga-sogas. Al correr la voz sobre el plantón planeado, el fiscal del condado llegó a una asamblea en la prepa de Jena con varios policías para amenazar a los alumnos que se atrevían a pensar que ellos podrían hacer lo que otras personas hicieron hace 40 años en todas partes del Sur del país (antes de que se llamara “el Nuevo Sur”). Les dijo que si no dejaran de armar un escándalo sobre esa “travesura”, él podría ser “su peor enemigo”. Para que quedara claro, le dijo a la asamblea de jóvenes: “Yo puedo quitarles sus vidas de un plumazo”.
Varios días después, un alumno blanco de Jena señalado por haberse mofado de los estudiantes negros de manera racista, llamándoles niggers, fue tumbado, golpeado y pateado. Fue llevado al hospital, atendido y enviado a casa. Esa misma noche, se sintió suficiente bien para asistir a un evento público.
Unos días después, seis estudiantes negros de Jena fueron detenidos y acusados de tentativa de homicidio en segundo grado. Los seis también fueron expulsados de la escuela. Las fianzas para los seis adolescentes se fijaron en cantidades desde $70,000 a $139,000 dólares. Pero fácil pudieron haber sido $1 millón de dólares, porque a ninguno de los padres le alcanzó para pagar esta cantidad. Claro que eso significaba que todos los acusados quedaron en la cárcel durante meses, esperando el juicio.
Y si no hubo dinero para pagar las fianzas ¿hubo dinero para contratar los abogados? Ni hablar. Como resultado, unos abogados de oficio fueron nombrados por la corte. Para uno de los acusados, Mychal Bell, esto era casi igual a no tener abogado alguno, porque en su juicio un jurado de blancos inmediatamente lo encontró culpable de agresión agravada en segundo grado y de conspiración.
Ahora Bell espera su sentencia, la cual podría ponerlo en prisión durante 22 años. El abogado de oficio nunca hizo una objeción al hecho de que todos los candidatos al jurado eran blancos. Tampoco presentó evidencia alguna a su favor o llamó un solo testigo para la defensa.
La ley que define la agresión agravada requiere el uso de un arma letal. ¿Cuál fue el arma? Sus tenis.
Las familias y amigos de “los 6 de Jena” están organizando oposición a este caso, y están recibiendo amenazas de la estructura de poder local. Una mujer le dijo a Tory Pegram, un integrante de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU): "Tenemos que convencer a más gente a venir a protestar con nosotros....¿Qué es lo peor que nos podría pasar? ¿Que nos despidan de nuestros empleos? Ya tenemos los peores empleos del pueblo. ¿Que quemen una cruz en el jardín o queman mi casa? Todo eso nos ha pasado antes. Tenemos que seguir levantando nuestra voz para asegurar que esto nunca vuelva a pasar. Si no, nuestros hijos nunca van a estar a salvo”.
Para comunicarse con el Comité de Defensa de los 6 de Jena, escribe a: P.O. Box 2798 Jena, Louisiana 71342 O por correo electrónico: jena6defense@gmail.com.
[Fuentes: Quigley, Bill, "Injustice in Jena: Black Nooses Hanging From the 'White' Tree", July 3, '07; Quigley@loyana.edu.; Mangold, Tom, " 'Stealth racism' stalks deep South", BBC News, 5/24/07 online]
Derechos reservados 2007 Mumia Abu-Jamal
Fuente: Prison Radio, grabación Noelle Hanrahan
Traducción: kalo
martes, agosto 07, 2007
De “árboles blancos”, chicos negros y Jena, Louisiana (Mumia Abu-Jamal)
Posted by blogueante no hay blog at 2:06 p.m.
Labels: black and latino, black rebels, mumia
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comments:
Publicar un comentario