300 granaderos del GDF hostigan y reprimen a niños, niñas a sus padres y madres de familia en defensa del Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro
El pasado 24 de Noviembre 2008, alrededor de las 9:00 de la mañana cuando los padres y madres de familia en defensa del Hospital Psiquiátrico Infantil (HPI) se disponían a instalar el plantón, símbolo de resistencia por la NO Reubicación de éste Hospital, (que por conflictos internos se había retirado durante 5 días), cerca de 300 granaderos fuerzas especiales del Gobierno del Distrito Federal, cercaron a un grupo de aproximadamente 50 padres de familia que junto con algunos médicos y trabajadores sindicalizados hicieron frente a la embestida institucional.
Relatan las madres de familia que al momento de disponerse a instalar el plantón para continuar con el movimiento de protesta por la no reubicación del Juan N. Navarro, los 15 policías que estaban de vigías desde el pasado fin de semana frente al plantón, llamaron por radio. De repente aparecieron 4 camiones de granaderos de los cuales bajaron rápidamente y muy dispuestos, alrededor de 300 elementos que de forma sorpresiva e intimidante se dirigieron hacia los padres rodeándolos por completo con la intención de que no se pusiera el campamento, bastión y símbolo de esta digna lucha.
El cerco de 4 filas de granaderos cubriendo la zona del plantón no fue suficiente, pues los elementos represivos empezaron a apretarse hacia los padres de familia con el fin de que no pudieran cumplir con su propósito de instalar el campamento. Pero no sólo eso, la intención también era intimidarlos, acosarlos, asustarlos. La presencia de niños y niñas de entre 6 y 17 años (pacientes del hospital) no impidió en nada la vil acción de los cuerpos represivos. No importaron los llantos de los pequeños que asustados por los empujones y el acorralamiento salieron despavoridos de la casa de campaña donde se encontraban resguardados, corriendo a los brazos de sus madres quienes valientes, respondían al comandante de la operación: “llegaremos hasta donde ustedes quieran que lleguemos”.
Oscar, un joven paciente de este hospital, quien junto con su madre ha luchado incansablemente desde el inicio de este movimiento, se disponía a colocar una cuerda para evitar un mayor impacto en la agresión, pero los policías lo empujaron con su escudo a lo que respondió:
Oscar: No me empujes que soy menor de edad
Policía: ¡¿Sabes que por faltarle al respeto a la autoridad te puedo llevar y levantar un acta?!
Oscar: ¡Pues yo te la levanto doble porque soy menor de edad y me debes de respetar!
Tampoco faltaron los padres y madres de familia que en lugar de su acostumbrada cita médica, intentaron romper el cerco policiaco para unirse a los valientes padres en resistencia, pero los granaderos vestidos de negro, cascos, rodilleras, protector de brazos, escudos y toletes, impidieron tal decisión.
Del mismo modo no faltaron las personas solidarias e indignadas que ya se encontraban dentro del hospital, quienes brincaron la reja que los separaba de los padres para unirse al contingente.
No sabemos si fueron los pocos organismos de derechos humanos que empezaron a llegar, o los escasos medios de comunicación que cubrieron con algunas fotos y video los hechos, el caso es que hasta pasadas las 2 de la tarde las “fuerzas del orden” se desistieron de su propósito y abandonaron el lugar.
Lo que sí sabemos es que con estas acciones tan desproporcionadas se refleja a todas luces los oscuros intereses que hay detrás de la reubicación del Juan N. Navarro, porque no sólo se sufre el acosamiento del Gobierno Federal por medio de la SSA, sino que ahora el Gobierno del Distrito Federal está interesado en que el plantón de padres de familia en defensa del HPI no exista.
Lo que sí sabemos con certeza, es que a los padres de familia, a sus hijos e hijas, pacientes de este hospital, los mueve el único interés de conservar la esperanza a una vida digna. Para los médicos y trabajadores de este hospital los mueve su derecho legítimo a un trabajo digno.
Vemos muy difícil que el gobierno nos pueda quitar lo que nos pertenece, sólo que lo hagan de manera violenta y fatídica donde todo el mundo pudo ver cómo resuelve el Gobierno mexicano las necesidades de los niños y niñas de este país, haciendo correr la sangre de los mismos, como el caso News Divine.
Las autoridades tanto federales como locales deben anteponer el interés de los niños y niñas así como su derecho a una salud y un futuro digno, y no el interés monetario que pueda estar detrás de toda esta situación.
Comité Unido de Padres de Familia en defensa del HPI Juan N. Navarro
Niñas y Niños de La Otra Campaña-DF
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