Ante las imposiciones del gobierno mexicano y los grupos de “conservación” gringos que les prohíben pescar en aguas que han sido suyas por siglos, los Kiliwa habían declarado un “pacto de muerte”
Por Kristin Bricker
El Otro Periodismo con la Otra Campaña en Baja California
23 de octubre de 2006
MEXICALI, BAJA CALIFORNIA: El Delegado Zero, de paso por estas tierras del norte mexicano, anunció una nueva acción dentro del programa de la Otra Campaña: la instalación de un campamento zapatista en la zona de las comunidades indígenas Cucapá y Kiliwa, asentadas a unos kilómetros al sur de esta ciudad capital del estado, como muestra de solidaridad en su lucha durante la próxima temporada de pesca y evitar que se cumpla el “pacto de muerte” que los Kiliwa han hecho. Marcos anunció la medida después de visitar el poblado de Cucapá El Mayor.
Foto: D.R. 2006 Anna Mauri |
Mientras el gobierno no se ocupa de dichas etnias, y mucho menos se preocupa por preservar su cultura, sus tradiciones o su existencia, si en cambio muestra mucho interés por los peces, de los cuales, paradójicamente, los grupos indígenas de por aquí dependen para su supervivencia. El gobierno federal, con el apoyo de organizaciones de “conservación” como el Fondo Mundial para la Vida Salvaje (WWF por sus siglos en inglés) y Conservación Internacional (que se distinguen por proteger a las especies en peligro de extinción expulsando de sus tierras ancestrales a los pueblos en peligro de extinción), convirtió por decreto las aguas en cuales los indígenas han pescado por generaciones, en una reserva de la biosfera del Golfo Superior el 10 de Junio de 1993, porque era “de interés público,” según se lee en la página oficial de Internet de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas del gobierno. El sitio también menciona que 77 % de la gente que vive en la zona, o en sus alrededores, depende de la pesca para su sustento, ante lo cual surge la obligada pregunta: ¿a cuál interés público sirve la prohibición de pesca en las áreas protegidas?
En realidad, no es que los Cucapá y los Kiliwa se nieguen a proteger a los peces y delfines en peligro de extinción. Ellos afirman que es su mayor interés proteger a las especies de las cuales ellos dependen para su sustento, y se esmeran en ser los custodios del río y sus peces, al igual que lo fueron sus ancestros. Hilda Hurtado Valenzuela, la secretaria de la Cooperativa de Pesca de los Cucapá, sostiene que los cucapás y los kiliwas no son los culpables de la pesca excesiva, pero sí los que padecen las consecuencias. Dice que ellos no pescan intencionalmente las especies en peligro, aun que pudiera ser que en alguna ocasión si hubiera pasado que pescaron algunos, pero que en esos casos los aprovecharon para saciar el hambre, y nunca para venderlo. Ahora, ella dice, ni si quiera hacen esto, porque si son atrapados cazando un pez protegido del río, van a la cárcel, o peor.
Para proteger a los peces en peligro, soldados federales armados constantemente patrullan la reserva y molestan a los pescadores que vienen a pescar. Hilda le contó al Subcomandante Marcos como soldados detuvieron a su hija embarazada, quien estaba tratando de pescar, apuntando sus armas en su vientre. Además, la comunidad tiene aproximadamente 30 órdenes de arresto por la pesca ilegal, incluido uno por 7 kilos de pescado.
Solidaridad Transfronteriza
En protesta por la expropiación forzada de sus tierras y la destrucción de su cultura, los Kiliwa hicieron un “pacto de muerte.” Las mujeres acordaron entre ellas ya no tener hijos, y los Kiliwas van a morir con esta generación. Marcos, sin embargo, intenta usar el poder de la Otra Campaña para convencerlos a ellos que no están solos y que no vale la pena morir de un “pacto de muerte” cuando pueden morir luchando.
Foto: D.R. 2006 Anna Mauri |
Cuando regresaron al foro público, Marcos expuso los resultados de la reunión. Propuso a las autoridades Cucapá y Kiliwa, en el nombre de las comunidades zapatistas, la instalación de un campamento que sería creado para la temporada de pesca de 2007, que arranca a fines de Febrero y concluye a mediados de Mayo.
Al anunciar el llamado por un campamento, el Delegado Zero dijo:
“Decidimos mandar un mensaje urgente a los Mexicanos y Chicanos al norte del Río Grande para venir y maximizar el número de personas aquí, crear un espacio seguro, y proteger a las comunidades Cucapá y Kiliwa durante la temporada de pesca.” Después detalló que estos activistas van a formar un campamento de paz en la comunidad y brigadas que van a acompañar a los pescadores y pescadoras al río. Los adherentes a la Otra Campaña de Mexicali se van a reunir la próxima semana para empezar a organizar la acción. Marcos prometió, “la única cosa que no nos hará venir aquí es un pedido formal de las autoridades Kiliwa y Cucapá.”
Esta respuesta probablemente no se va a dar. En reacción a la propuesta del Delegado Zero sobre un campamento zapatista, Hilda Hurtado Valenzuela, una de las autoridades Cucapás, dijo, “Estamos muy felices de tener alguien que venga aquí a darnos una mano porque nosotros ya le pedimos al gobierno, pasamos por mediaciones, todos los caminos legales.” Sus pedidos y negociaciones con el gobierno no han producido ningún resultado positivo.
El campamento zapatista propuesto en El Mayor puede muy bien cambiar el camino de la próxima fase de La Otra Campaña, dónde dos comandantes van a ir a cada zona para vivir y organizar. Marcos reveló que la propuesta a los adherentes para la próxima fase va a incluir lo siguiente: que ellos van a organizar la gira en diciembre, publicar la Primera Declaración de la Otra Campaña en enero, y empezar la próxima fase de La Otra Campaña en febrero con los Kiliwa en el Noroeste de México no en el Sureste, como se había planeado originalmente.
Fuente:
http://narconews.com/Issue43/articulo2205.html
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